Por Nerina Julieta Rossi 

Gracias a la cooperación social, mercados libres y educación económica se logra construir un entorno eficaz para el desarrollo de todos los seres humanos.

América Latina es una región de extremos contrastantes que van desde una izquierda fascista totalitaria a una derecha conservadora. Siendo así debemos dar batalla a las ideas para garantizar a nuestra gran aliada.

Antonella Marty argumentó en el curso “Libertad, género y derechos LGBTIQ+” que las libertades económicas traen automáticamente aparejadas las libertades civiles. El liberalismo ha sido pionero en la liberación de la opresión del hombre y la desigualdad ante la ley. La libertad permite dudar, la izquierda y el conservadurismo imponen un modelo de vida.

La homosexualidad ha sido condenada durante décadas

Han marcado historia casos como el de Federico García Lorca, brillante poeta español, quien con el estallido de la Guerra Civil española en 1936 murió fusilado; Alan Turing, precursor de la inteligencia artificial, quien al finalizar la Segunda Guerra Mundial por orden del imperio británico descifró mensajes nazis codificados, fue procesado por homosexualidad en 1952. Él elige la castración química para evitar la prisión y 2 años más tarde se suicida.

Cito a Marty en su libro Capitalismo, un antídoto contra la pobreza: “En términos de derechos civiles, respeto por las decisiones individuales y los proyectos de vida de los seres humanos, corresponde destacar, de igual modo, la defensa de las libertades sexuales. Durante siglos la homosexualidad fue penada en todo el mundo”.

El Derecho es progresivo. Los seres humanos animales pensantes con capacidades y virtudes diferentes hemos logrado importantes avances; los derechos humanos nos pertenecen a todos sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, religión u otra condición.

El humanismo liberal brinda una concepción acertada de hombre, no adhiere a conservadurismos con valores del pasado que no se correspondan con una sociedad moderna ni tampoco se somete a ideologías izquierdistas aniquiladoras de las habilidades creativas individuales. Propugna limitar al máximo el poder coactivo del Estado, circulación de capitales y bienes de forma voluntaria, sistema monetario rígido para impedir manipulaciones gubernamentales, nivel reducido de impuestos y el Estado de derecho con sus 3 pilares: derecho a la vida, a la propiedad privada y a la libertad.

El liberalismo promueve la formación integral de las personas; mientras que la izquierda y la derecha tergiversan, ensucian las ideas de la libertad. Todo ataque a las libertades es un anti humanismo.

La única igualdad que debemos buscar es ante la ley y la negación de derechos, perjudica el crecimiento de las sociedades. El estado solamente puede ―debería ser― intervenir para defender la libertad económica.

La libertad de mercado, junto a la seguridad jurídica, conduce a hombres y mujeres a analizar la naturaleza del individuo.

No hay libertad individual sin responsabilidad y respeto. La libertad sexual es una cuestión de libertad personal; hace al reconocimiento cabal de los derechos humanos.

El capitalismo que condujo a la industrialización y urbanización es la realidad que nos libera, que nos permite encontrar personas con intereses compartidos y vivir una vida plena de forma autónoma sin persecuciones.

Entonces digo: “En países con mercados libres, las personas LGBTIQ+ gozamos de mayor libertad  ―libertades civiles, políticas y económicas.”

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