
Por: Nicolas Fuentes
Hablar de “empleo”, en el Perú, es un tema mucho más complejo de lo que se cree. Sin embargo, brevemente veamos qué cosas debemos saber sobre el “empleo”.
La población en edad de trabajar son todos los peruanos y peruanas de 14 años a más. Se consideran económicamente activa si contribuyen o están disponibles para la producción de bienes y servicios. Es ocupada si tiene empleo adecuado (trabajar, voluntariamente, hasta el máximo legal de horas semanales y no puede ganar menos que la remuneración mínima vital) o está subempleado (aquellos que, involuntariamente, no pueden trabajar el máximo legal o que deben buscar un trabajo adicional para compensar horas y remuneración)
Al 2019, el 96.1% de la población tenía chamba. Desde el 2009 al 2019, el empleo adecuado creció 13.3 pp y el subempleo cayó 12.8 pp. Por su parte, el desempleo, cayó 0.5 pp. Si bien es cierto que se observa mejoras en el empleo, esto aún no es suficiente porque 44 de cada 100 peruanos chambean en más de un lugar para completar horas trabajo que no necesariamente son remuneradas de manera decente
Pedro Castillo, en su declaración machista “El feminicidio es producto de la ociosidad que genera el mismo Estado, la desocupación y la delincuencia, desconoce la realidad peruana. El peruano, para bien o para mal, es chambeador. Al 2019, 96 de cada 100 peruanos, chambearon para sacar al país adelante.
La Cuestión con la chamba es la retórica romántica sobre el peruano chambeador. Las políticas públicas sobre el empleo deben de generar un peruano productivo. Casi la mitad de los peruanos chambeadores trabajan a doble turno, aún peor, las mujeres tienen trabajo no remunerado (quehaceres de la casa).
La Cuestión, cuando Castillo habla de desocupados, es que culpa de feminicidio a nuestros peruanos que han chambeado y jóvenes que buscan chamba, pero que la gestión del Estado, en la pandemia, les falló y deterioró la economía.