Por Nicolas Fuentes.

A menos de una semana para la elección presidencial, el Perú tendrá que elegir entre 2 opciones, no hay más.

Los análisis del por qué estamos aquí y cómo llegamos a esta situación deberán ser postergados para después de las elecciones. La coyuntura política exige que los peruanos tomen una posición contundente. El Perú necesita que los peruanos primero salvamos al país y después miremos atrás.

Los peruanos debemos elegir si apostamos por la continuidad de las políticas que redujeron la pobreza a la mitad, acortaron en 11.8 puntos porcentuales la desigualdad de ingresos y cuadruplicaron el PBI per cápita o apostamos por políticas que le dan la espalda al mundo, encarecen el emprendimiento, deteriora la inversión, destruye ahorros y pone en riesgo la estabilidad monetaria.

No es tiempo para los opinólogos de pupitre, los puristas de conciencia, las almas quejumbrosas, los melancólicos de habitación o los acomodados en el centro. El 6 de junio no hay espacios para fallarle a la democracia porque, de hacerlo, perderemos nuestra libertad, nuestros derechos y la justicia.

El Perú necesita de sus peruanos y peruanas, de sus hijos más jóvenes y de sus veteranos más longevos. La democracia y la libertad no se defienden desde la tibieza y el desentendimiento. “El precio de la libertad es su eterna vigilancia”